Itá es la Lectura del Camino de la Vida. En Itá se establecen para la persona tabúes o prohibiciones. ¿Por qué? Por varias razones, entre ellas:
1. Para evitar introducir elementos inarmoniosos con la espiritualidad de la persona, capaces de desestructurar su organismo o su vida de relaciones, conduciéndole al caos.
“(...) Los 16 Óddun Mélli Ifá (16 Signos Dobles de Ifá) ó 16 Obbá Óddun Ifá (16 Signos Reyes de Ifá) son una representación abstracta de los Dieciséis Principios Sagrados de la Creación. Los 16 Óddun Mélli Ifá ó 16 Obbá Óddun Ifá son las Dieciséis Posiciones Sagradas, desde las cuales el vientre fecundo de Óddu engendra e inicia sus procesos creativos.
A partir de los Dieciséis Principios Sagrados de la Creación, nacen y se inician Dieciséis Evoluciones Primordiales, de las cuales se despliegan cientos de reinos interconectados que forman el Universo manifestado.
Cuando mi Padre que está en los Cielos, Olófi, mi Señor Agwá Olórun, quiso diversificar su proceso creativo, estas Dieciséis Evoluciones Primordiales recibieron la orden de mezclarse. Y se mezclaron sabiamente sin confundirse, para dar lugar a 240 Aspectos de Dios, cuya representación abstracta individual son los Óddun Omólúos, Óddun Hijos, o Signos Hijos de los 16 Óddun o Signos Primordiales.
Cada uno de estos Óddun o Signos Hijos pone en marcha con su surgimiento, una forma de evolución diferente de las demás, bajo la marca de su propia regencia.
En cada una de esas 256 Evoluciones, se generan formas de vida y formas de conciencia, o sea, se generan seres vivos, puesto que en cada una nacen oleadas de generaciones de criaturas: electrónicas, plasmáticas, minerales, vegetales, animales, elementales, humanas, oríshas.
Las criaturas creadas de cualquier orden, tienen diferencias entre sí, diferencias no solo físicas, no solo estructurales, sino que también tienen diferencias en los patrones de sus procesos internos, en su metabolismo, en su funcionamiento bioquímico, en sus dinámicas psicológicas, y en todos sus aspectos comparables. (...)”
Por virtud de esas mismas diferencias, hay elementos, situaciones y prácticas, que vibran con una resonancia que no es afín con la resonancia a la que vibra la constitución psicofísica y espiritual de la persona, porque son elementos, situaciones y prácticas que están configurados por evoluciones que no armonizan con las evoluciones que configuraron el nacimiento y la formación de la persona.
Esos elementos, situaciones y prácticas que tienen una cualidad vibratoria antagónica a la cualidad vibratoria de los procesos de vida de la persona, tienen poder para desorganizar al sistema energético de la persona.
Para evitar esta concurrencia de elementos y situaciones energéticamente adversos, la sabiduría de cada Óddun o Signo establece diferentes y variados ewó (prohibiciones), los que tienen el propósito de evitar que la persona que es hijo o hija de ese Óddun o Signo, que nació bajo la regencia de las evoluciones que se despliegan por ese Óddun o Signo, se relacione con condiciones que interfieren en su salud, en su bienestar, en su progreso personal.
2. Para evitar introducir elementos o situaciones que se oponen a las metas existenciales de la persona.
A veces las prohibiciones tienen que ver con los límites de la persona. Antes de encarnar en una existencia física, se diseña el Plan de Vida personal, que tiene marcadas aquellas experiencias que necesita tener la persona durante esa existencia, para trabajar en su autotransformación y automejorarse, mientras que hay otras experiencias que no están consideradas en ese pre-programa.
Por ejemplo: Supongamos que en la reunión que se efectúa en Órun antes de encarnar la persona, y en la que participan: Orí, quien es el Espíritu Interno o Espíritu Interior y quien representa a la persona, las jerarquías regentes del Destino, Orísha y Órunmilá, quien es Testigo de esto, se determinó que en su próxima existencia física, de acuerdo al potencial de conocimientos y desempeños adquiridos, y de acuerdo al karma generado hasta ese momento en encarnaciones anteriores:
1. La persona sí está en condiciones, objetivamente, de trabajar en los aspectos: A, B y C.
2. La persona no está en condiciones, objetivamente, de trabajar en los aspectos: D y E.
Entonces, trabajar en los aspectos: A, B y C, se convierte en una meta prefijada, en un propósito que se ha previsto lograr en esa nueva vida que va a tener. Después de haberse determinado esto y de haberse conformado el Plan de Vida personal, Orí encarna en un cuerpo físico, y comienza su existencia física como persona; o sea, la persona comienza a vivir su vida.
Si durante esta, su nueva vida, algo induce a la persona a relacionarse con el aspecto D ó con el aspecto E, entonces esto se convierte en una evolución inconveniente.
Porque cualquier causa que incline a esta persona a vincularse a esos aspectos D ó E, contribuye a que la persona se aleje de los propósitos prefijados para cumplir, desde antes de encarnar.
Como consecuencia de esto, la persona se entretendrá en cosas que ya se sabe que no las va a lograr, en las que no tendrá éxito, que están destinadas al fracaso, porque para trabajar en esos aspectos, la persona requiere, objetivamente, trabajar primero en los aspectos: A, B y C.
De esta manera, aquellos elementos o aquellas situaciones que hagan que la persona se incline a relacionarse con los aspectos: D y E, se convierten en su perdición, le causarán trastornos, le significarán a la persona una pérdida de tiempo – y no es a perder tiempo a lo que vino Orí a Aiyé, el mundo de las formas físicas.
Esos elementos y esas situaciones que alejan a la persona de los propósitos fijados en su Plan de Vida, serán considerados para la persona: ewó, o tabú, o prohibición.
3. Para evaluar el nivel de desempeño de la persona.
Evaluar el nivel de desempeño significa evaluar la eficiencia y eficacia, significa poner a prueba a la persona.
Cuando se establece un ewó o prohibición, y la persona es advertida, es libre de cumplir con este ewó, o de ignorarlo. Esto significa que la persona es libre de luchar por no ceder a la tentación de hacer lo que ahora sabe que no debe, así como es libre de ceder a esa tentación, haciendo lo que no debe, y ahora lo sabe. De esta manera, una razón que explica por qué los ewó o prohibiciones, es el factor prueba o evaluación. Se trata de la prohibición considerada:
4. Para entrenar a la persona.
Una razón de las prohibiciones, es su utilidad como entrenamiento. Porque:
1. Para evitar introducir elementos inarmoniosos con la espiritualidad de la persona, capaces de desestructurar su organismo o su vida de relaciones, conduciéndole al caos.
“(...) Los 16 Óddun Mélli Ifá (16 Signos Dobles de Ifá) ó 16 Obbá Óddun Ifá (16 Signos Reyes de Ifá) son una representación abstracta de los Dieciséis Principios Sagrados de la Creación. Los 16 Óddun Mélli Ifá ó 16 Obbá Óddun Ifá son las Dieciséis Posiciones Sagradas, desde las cuales el vientre fecundo de Óddu engendra e inicia sus procesos creativos.
A partir de los Dieciséis Principios Sagrados de la Creación, nacen y se inician Dieciséis Evoluciones Primordiales, de las cuales se despliegan cientos de reinos interconectados que forman el Universo manifestado.
Cuando mi Padre que está en los Cielos, Olófi, mi Señor Agwá Olórun, quiso diversificar su proceso creativo, estas Dieciséis Evoluciones Primordiales recibieron la orden de mezclarse. Y se mezclaron sabiamente sin confundirse, para dar lugar a 240 Aspectos de Dios, cuya representación abstracta individual son los Óddun Omólúos, Óddun Hijos, o Signos Hijos de los 16 Óddun o Signos Primordiales.
Cada uno de estos Óddun o Signos Hijos pone en marcha con su surgimiento, una forma de evolución diferente de las demás, bajo la marca de su propia regencia.
En cada una de esas 256 Evoluciones, se generan formas de vida y formas de conciencia, o sea, se generan seres vivos, puesto que en cada una nacen oleadas de generaciones de criaturas: electrónicas, plasmáticas, minerales, vegetales, animales, elementales, humanas, oríshas.
Las criaturas creadas de cualquier orden, tienen diferencias entre sí, diferencias no solo físicas, no solo estructurales, sino que también tienen diferencias en los patrones de sus procesos internos, en su metabolismo, en su funcionamiento bioquímico, en sus dinámicas psicológicas, y en todos sus aspectos comparables. (...)”
Por virtud de esas mismas diferencias, hay elementos, situaciones y prácticas, que vibran con una resonancia que no es afín con la resonancia a la que vibra la constitución psicofísica y espiritual de la persona, porque son elementos, situaciones y prácticas que están configurados por evoluciones que no armonizan con las evoluciones que configuraron el nacimiento y la formación de la persona.
Esos elementos, situaciones y prácticas que tienen una cualidad vibratoria antagónica a la cualidad vibratoria de los procesos de vida de la persona, tienen poder para desorganizar al sistema energético de la persona.
Para evitar esta concurrencia de elementos y situaciones energéticamente adversos, la sabiduría de cada Óddun o Signo establece diferentes y variados ewó (prohibiciones), los que tienen el propósito de evitar que la persona que es hijo o hija de ese Óddun o Signo, que nació bajo la regencia de las evoluciones que se despliegan por ese Óddun o Signo, se relacione con condiciones que interfieren en su salud, en su bienestar, en su progreso personal.
2. Para evitar introducir elementos o situaciones que se oponen a las metas existenciales de la persona.
A veces las prohibiciones tienen que ver con los límites de la persona. Antes de encarnar en una existencia física, se diseña el Plan de Vida personal, que tiene marcadas aquellas experiencias que necesita tener la persona durante esa existencia, para trabajar en su autotransformación y automejorarse, mientras que hay otras experiencias que no están consideradas en ese pre-programa.
Por ejemplo: Supongamos que en la reunión que se efectúa en Órun antes de encarnar la persona, y en la que participan: Orí, quien es el Espíritu Interno o Espíritu Interior y quien representa a la persona, las jerarquías regentes del Destino, Orísha y Órunmilá, quien es Testigo de esto, se determinó que en su próxima existencia física, de acuerdo al potencial de conocimientos y desempeños adquiridos, y de acuerdo al karma generado hasta ese momento en encarnaciones anteriores:
1. La persona sí está en condiciones, objetivamente, de trabajar en los aspectos: A, B y C.
2. La persona no está en condiciones, objetivamente, de trabajar en los aspectos: D y E.
Entonces, trabajar en los aspectos: A, B y C, se convierte en una meta prefijada, en un propósito que se ha previsto lograr en esa nueva vida que va a tener. Después de haberse determinado esto y de haberse conformado el Plan de Vida personal, Orí encarna en un cuerpo físico, y comienza su existencia física como persona; o sea, la persona comienza a vivir su vida.
Si durante esta, su nueva vida, algo induce a la persona a relacionarse con el aspecto D ó con el aspecto E, entonces esto se convierte en una evolución inconveniente.
Porque cualquier causa que incline a esta persona a vincularse a esos aspectos D ó E, contribuye a que la persona se aleje de los propósitos prefijados para cumplir, desde antes de encarnar.
Como consecuencia de esto, la persona se entretendrá en cosas que ya se sabe que no las va a lograr, en las que no tendrá éxito, que están destinadas al fracaso, porque para trabajar en esos aspectos, la persona requiere, objetivamente, trabajar primero en los aspectos: A, B y C.
De esta manera, aquellos elementos o aquellas situaciones que hagan que la persona se incline a relacionarse con los aspectos: D y E, se convierten en su perdición, le causarán trastornos, le significarán a la persona una pérdida de tiempo – y no es a perder tiempo a lo que vino Orí a Aiyé, el mundo de las formas físicas.
Esos elementos y esas situaciones que alejan a la persona de los propósitos fijados en su Plan de Vida, serán considerados para la persona: ewó, o tabú, o prohibición.
3. Para evaluar el nivel de desempeño de la persona.
Evaluar el nivel de desempeño significa evaluar la eficiencia y eficacia, significa poner a prueba a la persona.
Cuando se establece un ewó o prohibición, y la persona es advertida, es libre de cumplir con este ewó, o de ignorarlo. Esto significa que la persona es libre de luchar por no ceder a la tentación de hacer lo que ahora sabe que no debe, así como es libre de ceder a esa tentación, haciendo lo que no debe, y ahora lo sabe. De esta manera, una razón que explica por qué los ewó o prohibiciones, es el factor prueba o evaluación. Se trata de la prohibición considerada:
- Como una prueba espiritual.
- Como un indicador de la fuerza de voluntad.
- Como un indicador del nivel de autodisciplina.
- Como un indicador de la capacidad de la persona para manifestar conductas consecuentes.
4. Para entrenar a la persona.
Una razón de las prohibiciones, es su utilidad como entrenamiento. Porque:
- Permiten a la persona entrenarse en la capacidad de hacer sacrificio.
- Permiten a la persona entrenar su voluntad.
- Permiten a la persona entrenar su disciplina.
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